Fin
El martes fue un día tremendamente amargo para la Selección Brasileña. Más allá de la derrota frente a Uruguay, vio llorar a su capitán. Un mal apoyo al caer en la disputa por un balón volvió a frenar la carrera de Neymar, del que los gestos de dolor ya hacían intuir algo grave. Las posteriores pruebas médicas confirmaron que el delantero se ha roto el ligamento cruzado y el menisco de la rodilla izquierda. Una desgracia que le tendrá de baja por lo que resta de temporada.
A sus 31 años y con un capítulo que apenas acababa de empezar en Arabia Saudí, el fútbol le da la otra vez la espalda a Ney. Apenas hacía unos meses que se había recuperado de otra dolencia que arrastraba desde principios de año con el PSG, y año a año ha ido padeciendo roturas musculares, de tobillo o esguinces que le impiden terminar una temporada en condiciones.
Es esta frustración la que cala en el corazón del futbolista de Mogi das Cruzes. Lo manifestó él mismo en sus distintos perfiles de redes sociales, Twitter o Instagram entre ellos, y en los que habló abiertamente del profundo pesar que sufre. “Es un momento triste, o peor. Sé que soy fuerte, pero esta vez voy a necesitar aún más a los míos (familiares y amigos)”, escribió.
“No es fácil pasar por una lesión y una cirugía, así que imagina pasar por todo esto nuevamente después de cuatro meses de recuperación”, continuó Neymar. El 19 de febrero se torció el tobillo en un duelo entre Paris Saint-Germain y Lille después de unos primeros meses sensacionales de campaña en los que llevaba 18 goles y 16 asistencias. Aquello derivó en una lesión en los ligamentos que le impidió volver a jugar hasta el 3 de agosto, en un amistoso de los franceses antes de su salida al Al-Hilal, y aun así tuvo que volver a pasar por el taller porque continuaba con problemas.
Los plazos de recuperación para una lesión de este tipo ronda los 8 meses de baja, un periodo en el que su club disputará la AFC Champions League. Mientras, Brasil aún tiene pendiente la doble fecha de noviembre de las Eliminatorias Sudamericanas, en las que se enfrentará a Colombia y Argentina, y del 20 de junio al 14 de julio jugará la Copa América 2024 en Estados Unidos. Este puede ser el primer objetivo del delantero, pero es muy pronto para hablar y de momento peligra seriamente su presencia.
“Tengo fe, demasiada, pero pongo toda la fuerza en las manos de Dios para que él pueda renovar las mías. Gracias por los mensajes de apoyo y cariño“, agregó Neymar, que ha recibido un aluvión de ánimos por parte de sus ‘torcedores’ y de los aficionados saudíes. A partir de ahora comienza un nuevo proceso de rehabilitación tras el enésimo infortunio de su carrera.
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