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El Atlético vuela alto

El Atlético de Madrid venció en el derbi ante el Real Madrid (3-1) en un partido en el que disipó todas las dudas y reafirmó el camino de Diego Pablo Simeone.

Fin
Jornada 6

Atlético

Atlético

31
Real Madrid

Real Madrid
24 SEP 2023

Un derbi es un derbi. Da igual lo que ha pasado antes, da igual lo que va a pasar después. Vencer en el gran derbi de la ciudad son más que 3 puntos, es un impulso anímico que no te da ese partido.

Lo sabe bien el Atlético de Madrid. Llegaba en depresión, después de perder contra el Valencia y empatar contra la Lazio. Pero jugar contra el Real Madrid es único, es especial. Y cura todos los males.

El mejor Atleti del curso; el peor Madrid del año

El Atlético sabe que para ganar al Real Madrid le hace falta un partido prácticamente perfecto. Solo en 1 de las últimas 12 ocasiones, en partido oficial, se había marchado con el triunfo. Hasta este domingo, cuando un Metropolitano de gala encerró al conjunto de Ancelotti, más irreconocible que nunca.

Quiso el técnico italiano ganar la partida en el centro del campo y la perdió en lás áreas. En la ofensiva, sin una referencia para atacar; y en la defensiva, totalmente perdidos con Rüdiger y Alaba y sin cerrar líneas con Fran García y Lucas Vázquez.

Ahí supo jugar Morata, el mejor jugador del derbi y ya el ‘Pichichi’ de la Liga con 5 goles. Solo le había marcado 1 gol en los 6 derbis que habían jugado. Hasta este domingo. 2 goles marcó el ‘9’ de España. Porque sí. Demostró Morata en el Metropolitano que es el delantero titular ante su suplente, un Joselu que necesita más ayuda de sus compañeros para poder hacer gol.

El Atlético quiso más y lo consiguió. Aprovechó las dudas de un Madrid que no supo jugar en esa especie de 4-2-3-1 que planteó y, por la banda de Lino -y de Lucas Vázquez-, apareció para martillear la portería de un Kepa que no es Courtois.

Lino fue uno de los nombres propios, al igual que Morata. Al igual que Saúl, o que Griezmann. Y es que los atacantes se encontraron muy cómodos, casi como si estuviesen jugando un amistoso o un partido contra un rival de categoría inferior. Y por medio de la conexión Lino-Morata, unido al despiste de Alaba, llegó el primer grito al cielo de Simeone.

Griezmann Simeone

Todos saben que el principal problema del Real Madrid es en ataque, sin un ‘9’ titular. Pero lo que pocos se esperaban es que hiciese aguas en defensa. Solo así, y a la inteligencia de Griezmann, se puede entender que el francés rematase totalmente solo un centro de Saúl para clavar la segunda puñalada del Atlético de Madrid.

La bestia dormida empieza a despertar

Todo aquel que esperase que el Real Madrid se iba a rendir, es que no conoce el ADN blanco. El Atlético, presa de su miedo, se echó hacia atrás y permitió llegar al cuadro merengue. Con el balón, y en tres cuartos de campo, los blancos se sienten más cómodos. Empezó a perpetrar la muralla rojiblanca hasta que encontró un pequeño resquicio, el que le permitió a Kroos marcar un gol de bella factura.

No puede haber derbi sin polémica. Y el Real Madrid reclamó 2 acciones decisivas antes del paso por los vestuarios. Una, una entrada de Giménez que podía haber acabado en roja. Otra, un penalti a Rüdiger y gol anulado a Camavinga por fuera de juego del primero, el cual era.

Empanada ‘merengue’

Algo le pasa al equipo de Ancelotti en los inicios que le cuesta estar despierto. Si Morata puso el primer tanto en el minuto 4 del partido, convirtió su segundo en el primero de la segunda mitad. La caraja blanca volvió a entrar en escena justo para que Saúl, autor de un doblete de asistencias, le diese el 3-1 a Morata, autor de un doblete de goles.

Todo el plan que Ancelotti le había explicado a sus jugadores en el vestuario se fue como polvo con el viento. El Real Madrid volvió a pecar de fragilidad defensiva, con un técnico italiano que se volvió loco e intentó tapar con parches todas las fugas de agua.

Nada pudo hacer el Real Madrid en la segunda mitad. De hecho, fue el Atlético el que tuvo las ocasiones más claras para incluso firmar un cuarto gol. Solo el verso libre de Brahim provocó algún escalofrío en la grada del Metropolitano, que vivió una noche mágica para reencontrarse con su equipo.

Deambuló el Madrid, que no tiró ni de orgullo para tratar de recortar distancias. Ya evidenció problemas ante el Union Berlin, y los refrendó ante un Atlético que ha pasado de la depresión al estado de optimismo. Todo ello, mientras el Real Madrid dio gracias a Alberola Rojas por no expulsar a Bellingham en la penúltima acción del choque.