Fin
El Girona soñaba plácidamente con todo lo que había conseguido en este inicio liguero hasta que llegó el Real Madrid, un despertador blanco que le despertó de la fantasía del liderato. Aunque, realmente, continúa soñando el equipo gerundense, porque ir 3º con 19 puntos de 24 posibles sigue siendo una auténtica pasada que solo en ese otro mundo podría imaginarse.
El fútbol recuerda demasiadas veces que lo de David y Goliat pasa muy muy muy poco. De hecho, por eso se sigue recordando. Si hubiera sido el gigantón el que aplastase a su diminuto rival, nadie habría gastado su tiempo en hacer eterna esa historia. En este caso, el Girona contaba con suficientes piedras para herir al Real Madrid, pero este solo necesitó 2 seguidas para dejar muy tocado al cuadro de casa.
Esas piedras eran conocidas por todos. Savinho, Dovbyk, Tsygankov, Aleix, la idea de Míchel… Lo que está haciendo este equipo no es, para nada, casualidad. De hecho, no es que llegase con opciones e incluso como favoritos para algunos, sino que así lo empezó a demostrar en los primeros minutos del partido.
La pelota fue para el Girona desde el minuto 1. En el 3′, Yangel Herrera ya había tenido un cabezazo franco que mandó por encima del larguero. Y en el 4′, Tsygankov se topó con el poste en un remate forzado, pero que se quedó a centímetros de ser el 1-0. Pero si el tópico del perdonar y pagar se cumple en el fútbol, si es contra un grande el resultado puede ser aplastante.
Le costó al Madrid desperezarse, pero no tardó en encontrar cerca las 2 piedras con las que tumbaría a su contrincante. En el 17′, el exterior de la bota de Bellingham marcó el camino y Joselu comenzó a coronar la cima. Desde el perfil izquierdo, se sacó un pase a lo Modric al área para encontrar al delantero, que llegó por la espalda de su marcador y solo tuvo que empujarla. Gazzaniga llegó a rechazar la pelota, pero estaba sobre la línea y esta se coló en la portería.
David no tuvo tiempo de saber cuánto daño hacía una pedrada porque enseguida recibió la segunda. A los 4 minutos, llegó el 0-2. Kroos puso el córner en la cabeza de un Tchouaméni que despistó a Blind, su marcador, y cruzó la pelota con la cabeza para celebrar su primer tanto como jugador del equipo ‘merengue’.
Una mochila con demasiadas piedras
Le costó un mundo al Girona reponerse. La expectación era máxima (y con motivos), pero un 0-2 del Real Madrid es de todo menos fácil de digerir, gestionar y solucionar. A Savinho le saldrían pocas cosas, Dovbyk no pudo ejercer la atracción de balones y centrales que acostumbra y a Tsygankov le faltó esa chispa diferencial de otras tardes.
Mientras, el Madrid vivía de la renta. Ni Vinicius, que mantuvo un pulso interesante con Yan Couto, ni Bellingham parecían especialmente inspirados. De hecho, el inglés tuvo el 0-3 en sus botas tras hacerse un autopase y dejar atrás a Blind, pero Gazzaniga le ganó la partida en el remate. Justo antes del descanso, Kroos también rozó el gol, pero de nuevo el portero se luciría para mandar a córner la volea del alemán tras una buena llegada del brasileño.
Sí logró resetear el Girona en los primeros minutos. Kepa salvó el 1-2 en un cabezazo de David López, un central que se quedó muy cerca de sumar su 3º jornada seguida con gol. Y también de cabeza, Yangel Herrera pudo estrechar el marcador, pero su testarazo picado se fue por encima del larguero.
Cuando más se animaba el equipo local, peor funcionaron sus piezas clave. Savinho, acostado a la derecha, se vio incapaz de superar a Camavinga, lateral hoy. Pero su pérdida más grave fue ante Tchouaméni, un intento de drible que acabó en el 0-3 con el que se acabó a casi todas luces el choque. El Madrid montó la contra y Joselu tuvo un remate que detuvo Gazzaniga, pero el rechace le fue de nuevo al ’14’. Con un toque que pareció más un intento de control, le dio el balón a Bellingham, que definió con acierto de volea con un remate picado.
Poco más se vio sobre el césped, más allá de cambios, gestión de minutos y, sobre todo, la jugada final con la que se enturbió un partido hasta entonces de guante blanco. Ya en el añadido, Nacho se lanzó a parar un ataque de los catalanes y, con los tacos, impactó en el gemelo de Portu. Lo que fue amarilla en un principio acabó en roja, lesión del ex de Real y Getafe y en una tangana que dieron paso al liderato blanco ante un equipo que, por muchas pedradas que se lleve, seguirá soñando esta temporada. Y motivos sigue teniendo.